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lunes, 10 de junio de 2013

Toma 1

Este espacio busca mostrar la interacción de la ciudad con la música, como una se construye en función de otra, y viceversa. La identidad que está en continua reformulación. Una metamorfosis de orden crónico, la vida que nace desde la creación. La creación que transforma la vida.

Crear algo nuevo no significa solamente conformar un producto original, inédito, sino que también significa reformular los parámetros preexistentes, fusionando fragmentos, jugando con su genética y así lograr una identidad nueva. Muchas veces es más costoso resignificar lo que ya existe buscando una nueva óptica, es decir, revolucionar. La revolución apunta a eso, un cambio sobre lo establecido buscando el efecto, en este caso un efecto estético, un giro hacia nuevas concepciones. El arte de proporcionar, con nuestra técnica y construcciones subjetivas, materiales nuevos a la interacción de esos componentes ya establecidos en nuestro plano para nutrirlo. Las épocas que convergen, pedazos de años que reviven y se unen con la creatividad, rasgos estéticos en movimiento (o quietos) que buscan ser apropiados en el transcurso del proceso del desenvolvimiento del arte y sus matices.

La ciudad, desde sus comienzos como principal espacio cultural hasta el presente, es una fuente de inspiración inagotable. El arte se manifiesta en la arquitectura, en el diseño quinético de la vida, en la estructuración del movimiento por las calles. El arte mismo es tanto producto como productor de la cultura urbana. Producto, ya sea por cualquiera de sus manifestaciones que podemos ver tanto dentro como fuera de edificios, en las calles, en forma de pintura, sonido o escultura. Ideas que se materializan en estructuras tangibles, de concreto, duras. Este producto entra en un ciclo donde termina transformándose en productor. La creación como inspiración: cuanto más arte consumamos más arte saldrá de nosotros mismos. No es tan proporcional como se plantea, pero es real. Las ciudades encuadran esta doble lógica del movimiento creativo. Nos apropiamos de cada centímetro de las calles, hacemos de cada rincón un santuario, a cada paso que damos buscamos la inspiración. La creación misma es un conjunto de movimientos humanos, sociales, donde todo lo que se nos presenta es un potencial componente de nuestra obra.


¿Está en nuestra naturaleza buscar dentro de nuestras propias creaciones la inspiración para el futuro? ¿O siempre trazamos nuestro recorrido en espacios en blanco? Estas concepciones humanas y procesos son los que vamos a estar tratando de describir en los siguientes pasos. La observación y la interacción con la ciudad por parte de artistas que marcaron un antes y un después con sus creaciones, que revolucionaron la extensión de lo estético con su mente. La conformación de espacios urbanos alrededor del arte, las características de estos lugares que tantas veces generaron el chispazo para nuevas creaciones. El poder de la calle en la construcción de un inconsciente artístico en general. Todo esto y mucho más, desde aquí.


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